terça-feira, 23 de setembro de 2014

Restaurando la capa de ozono: la mision sigue en pie

 

El protocolo de Montreal es considerado como un ejemplo excepcional de la cooperación internacional, pero aún no se puede cantar victoria

A 25 kilómetros por encima de nuestras cabezas, una capa estrecha de gas nos protege de los rayos más peligrosos del sol. Tan esencial es para nuestra supervivencia que sin ella la vida como la conocemos no existiría. Su nombre, la capa de ozono.

Sin embargo, décadas de emisiones desenfrenadas de sustancias destructoras de ozono han cobrado un precio alto en esta frágil barrera. Hace ya casi 30 años que se descubrió en la zona sobre la Antártida un agujero en la capa de ozono del tamaño de Estados Unidos. Tal descubrimiento fue el catalizador de una de las convenciones ambientales más exitosas, el Protocolo de Montreal.

“Cambió drásticamente la actitud hacia las sustancias destructoras de ozono”, explicó Robert Dixon, especialista de clima y químicos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM). “Hoy la eliminación gradual de las mismas ya se encuentra casi completada en los países desarrollados, pero todavía queda bastante trabajo para hacer en los países en vías de desarrollo y los de economías en transición. El fondo multilateral del Protocolo de Montreal y el FMAM apoyan a estos países con este esfuerzo porque es un tema global que requiere una acción global”, agregó.

El 16 de septiembre se celebra el día internacional de la preservación de la capa de ozono, y este año el tema es que nuestra misión compartida sigue en pie.

Regenerar la capa

El protocolo de Montreal, que entró en vigencia en 1989, prohibió el uso de clorofluorocarbonos y hidroclorofluorocarbonos bromuro de metilo  y varias otras sustancias destructoras de ozono. Tales químicos se hallan comúnmente en refrigerantes, heladeras comerciales, los aire acondicionados, entre otros, y una vez emitidos en la atmósfera, no solo agotan la capa de ozono, sino también son gases de efecto invernadero hasta 10.000 veces más potentes que el CO2. El Protocolo de Montreal exige el control de casi 100 sustancias químicas en varias categorías.

Según el PNUMA, “el Protocolo de Montreal ha impedido que los efectos adversos del aumento de las radiaciones ultravioletas nocivas lleguen a la superficie de la tierra ocasionando daños a la salud humana, los ecosistemas ‑tanto terrestres y acuáticos‑ los ciclos biogeoquímicos, la calidad del aire y los materiales”. Según Naciones Unidas, se calcula que gracias a las medidas adoptada por el Protocolo de Montreal se han evitado millones de muertes por cáncer de piel y decenas de millones de casos no mortales de cáncer de piel y cataratas.

Desde hace 22 años, el FMAM trabaja con países con economías en transición para la eliminación final del uso de tales sustancias. Hoy, el trabajo es encontrar y eliminar los últimos remanentes e implementar cambios en la industria para desarrollar alternativas. Es un trabajo importante y el FMAM asignó US$25 millones para el 6º periodo de reposición (2014-2018), destinados a proyectos vinculados con la protección de la capa de ozono.

Los esfuerzos ya se ven reflejados en la salud de la capa protectora de nuestro mundo y los expertos están cautelosamente optimistas de que en 2050 esta delicada barrera comenzará a regenerarse.

“Hablamos de una capa muy fina de moléculas y el daño ya se ha hecho”, afirmó  Dixon. “Tomará tiempo para recuperarse pero si seguimos en este camino el proceso de recuperación se hará y esperamos ver resultados tangibles”.

La clave, sin embargo, es mantenerse firme hasta el fin y no cantar victoria hasta que se haya eliminado completamente el uso de estos químicos tan destructores

“La recuperación de la capa de ozono está sucediendo ahora en una atmósfera que es diferente de lo que era debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio climático. Existe una compleja interrelación entre el ozono y el clima y es fundamental proseguir las investigaciones para comprenderla mejor, así como muchas otras incertidumbres acerca de los procesos atmosféricos”, según PNUMA.

En el día internacional de la preservación de la capa de ozono, el FMAM se suma a la misión y con esta reposición, sigue con el objetivo de proteger la capa que permite que este planeta continúe rebosante de vida.

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