segunda-feira, 10 de março de 2014

Cuatro frases que hacen un mundo de diferencia

 

Tamara Medina Sapovalova

Tamara Medina Sapovalova

Business Confidence Coach

lograrobjetivos

“Somos lo que pensamos”. Todos tenemos hábitos que nos ayudan a alcanzar nuestras metas pero con frecuencia nos saboteamos con frases que nos decimos a nosotros mismos y que impactan nuestro desarrollo y crecimiento.

Una de las primeras cosas que analizo con mis clientes tiene que ver con las palabras y cómo las utilizan, además de la actitud que tienen ante la vida y los retos que ésta les presenta.

Tengo una regla que utilizo con todos mis clientes; durante las sesiones no está permitido utilizar las siguientes expresiones:

“No sé” – Si no sabes algo, investiga, aprende. Hoy en día con la tecnología de la que disponemos, el mundo está, literalmente hablando, al alcance de nuestras manos. La respuesta a cualquier pregunta la puedes encontrar rápidamente.

Si se trata de algo sobre ti mismo y tus sentimientos debes preguntarte: ¿qué te ayudaría encontrar la respuesta?

Si es con respecto a las cosas que quieres, puedes hacer una lista de lo que deseas. Si esto se te dificulta hazlo a la inversa: pregúntate que es lo que no quieres y lo opuesto será lo que si quieres. Más detalles de este ejercicio puedes encontrarlos en una de las entradas anteriores: Tips que te ayudarán a vivir una vida plena.

“No puedo” – ¿Qué te hace pensar que no puedes? ¿Qué te ayudaría para poder lograrlo? ¿Quién podría apoyarte? Es importante que te concentres en las soluciones. Encuentra la manera de lograr lo que quieres; tal vez tengas que hacerlo varias veces o buscar una nueva estrategia hasta que logres tus metas. Como bien dijo Albert Einstein, “La locura es seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.

“Es difícil” – Hay que ver la vida y las situaciones que se nos presentan como retos. Todo depende en aquello en lo que decidas enfocarte. Tienes dos opciones o te enfocas en todas las razones por las cuales no se van a dar las cosas que quieres o te enfocas en las oportunidades. La decisión es tuya. Puedes ver más sobre este tema en: ¿La vida es difícil o te la haces difícil?.

“Lo voy a intentar” – Como bien dijo el Maestro Yoda: “O lo haces o no lo haces, pero no lo intentes”. Cuando “intentamos” algo nunca damos el 100 por ciento pues “solo lo estamos intentando”, nosotros mismos ya nos estamos limitando.

Cuando nos hacemos preguntas la tendencia natural de nuestro cerebro es buscar las respuestas, pero si ya de antemano nos estamos diciendo que no sabemos, que no podemos, que es difícil, y que lo vamos a “intentar” entonces nuestro cerebro se “cierra” porque ya no ve como necesario el buscar alternativas, oportunidades, conocimiento y respuestas.

Como ejercicio te invito que esta semana prestes atención si utilizas estas frases en tus conversaciones cotidianas y que te hagas a ti mismo esta pregunta: ¿en qué te estás enfocando, en las oportunidades o en las razones por las cuales no vas a poder lograr lo que quieres?

Con algo de práctica, así como lo han hecho mis clientes, también tú podrás eliminar de tu vocabulario estas frases que te limitan y te darás la oportunidad de lograr mucho más de lo que jamás te hayas imaginado.

Cuando alguno de los dos trabaja jornadas muy largas

  • Es entendible que en ocasiones tengan que trabajar horas extras o asistir a reuniones importantes que traspasan los horarios regulares de oficina, pero de alguna manera deben tratar de evitar que esto se vuelva una regla. Si siempre salen tarde del trabajo, llegarán a casa cuando la otra persona ya haya cenado por su cuenta e incluso tal vez haya decidido irse a dormir. Si esta dinámica se convierte en su día a día, llegará un momento en el que quien siempre está solo en casa, se canse y aburra de esperarles sin sentido. Dos cosas podrán suceder: un reclamo en tono de pelea surgirá, o bien, se dará un alejamiento con toda la indiferencia del mundo.

  • Cuando trabajan hasta en fines de semana

    Cuando el trabajo se vuelve más demandante cada vez y de poco en poco les va siendo inminente ocupar hasta sus días de descanso para resolver pendientes laborales, la oportunidad de disfrutar los ratos de ocio juntos desaparece. Aquel que sí puede descansar los fines de semana, será el único que asista a las reuniones familiares o con amigos. Sólo uno de ustedes irá al club, a pasear al perro o al cine, y pronto, se volverá prácticamente en una persona soltera. Sentirse abandonado de esa manera sólo hará que el amor se diluya.

  • Cuando el trabajo genera malhumor y estrés

    Cuando alguien tiene problemas en la oficina o demasiada carga de trabajo, todo el tiempo estará hablando o quejándose de ello. Cuando el trabajo se vuelve el único tema de conversación entre ustedes, o alguno pasa todo el tiempo atendiendo llamadas o correos electrónicos de la oficina, la situación se vuelve incómoda y aburrida. Aunque pasen tiempo juntos, la relación no se enriquecerá en absoluto, y por el contrario, se volverá una carga para el que sirva de confidente.

  • Cuando no hay energía para el romance

    Cuando por fin se liberan y dejan de pensar en el trabajo, la energía que les queda es mínima. Ven tele y se quedan dormidos, platican y parecen zombies… y en la cama, nunca hay vitalidad para una sesión de sexo. ¿Crees que esto no acabará con la paciencia de tu pareja? Están juntos para compartirlo TODO, y si bien es cierto que ambos deben ser comprensivos y entender que el trabajo es importante, no pueden dejar de lado los cariñitos y los instintos más básicos.

  • Cuando la presión del trabajo afecta su salud

    Todo el estrés que genera el trabajo, tiene repercusiones físicas: el sistema endocrino se ve afectado, aumentan el estrés y la ansiedad, se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (infartos, anginas de pecho, hipertensión), insomnios, trastornos urinarios… ¿Qué tal te suena esto? Si enfermas, tu pareja tendrá todo el derecho de decirte: “te lo dije”. Una cosa es estar juntos en la salud y en la enfermedad, pero otra es tener que atender los achaques que la obsesión por el trabajo pueda provocar en alguno de ustedes sólo por la necedad de no querer liberarse un poco de él.

  • Lo que debe hacer el que sufre el abandono:

    Se debe decir lo que se siente, hacer evidente lo que afecta. “Estoy triste”, “necesito que algo cambie”, “necesito pasar tiempo de calidad contigo”. Si no te haces escuchar, tu pareja podría ni enterarse de que hay un problema entre ustedes. No se vale que te calles lo que te molesta y un día, de buenas a primeras, simplemente te alejes y termines la relación.

  • Lo que debe hacer el trabajador compulsivo:

    Aunque no lo creas, la solución está en ti. Por muy demandante que sea tu trabajo, tú, tus compañeros y jefes, entienden que también tienes vida personal. La salud de tu relación de pareja puede ser el motor para el resto de tu vida, así que no la sacrifiques en nombre del trabajo. Debes encontrar tiempo para pasar tiempo de calidad con tu pareja. Escucha y sé sensible o a lo que la otra persona siente y no des por hecho que estará a tu lado siempre sin importar que la ignores.

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